sábado, 8 de enero de 2011

Lose control.

Pierdes el control, nada tiene sentido, solo escuchas ruido, deseas escapar y desaparecer.
Nada parece suficiente si alguna vez llegaste a tocar el cielo con la punta de los dedos.
Grito y nadie me escucha, demasiado ruido, demasiada gente...
Lo confieso, suelo maldecir al destino por mi mala suerte.
He dejado de rezar todas las noches para no perderle, lo admito.
Nunca diré que ya no le quiero, porque seria mentira y yo no se mentir.
Tengo un nudo en la garganta que no se deshace.
Lloro para dentro por miedo,
dueles sí, pero eso significa que sigo viva, que sigo amándote.

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