Que quiera no significa que pueda.
Como tampoco se borra el pasado por una primavera buena, ni se nos van de las manos la culpa y las cicatrices.
Dicen que para que una herida cicatrice bien hay que dejar de tocarla. Y como me gustaría tomar este consejo al pie de la letra, y dejar las caricias para nunca, y que nunca fuera siempre.
Y que con suerte quizás algún día pueda contar nuestras batallas bélicas y repasar-o presumir- de cada cicatriz que envuelven mis rodillas.
Como tampoco se borra el pasado por una primavera buena, ni se nos van de las manos la culpa y las cicatrices.
Dicen que para que una herida cicatrice bien hay que dejar de tocarla. Y como me gustaría tomar este consejo al pie de la letra, y dejar las caricias para nunca, y que nunca fuera siempre.
Y que con suerte quizás algún día pueda contar nuestras batallas bélicas y repasar-o presumir- de cada cicatriz que envuelven mis rodillas.