lunes, 1 de septiembre de 2014

Que se queme todo.


Llegados a este punto, solo pediré una cosa,  fuego.
Quiero fuego, 
Que arda,
Que desaparezca.
Que no duela más, que no escueza, que no sangre...
Que se instale la soledad ya latente en mí, ya perceptible en el aire, y en los suspiros de las madres.
Que se quede conmigo, que vamos a ser tristes, pero esta vez queriendo.


Cuando todo se queme, cuando todo se desintegre y queden las cenizas y los recuerdos manipulados de mi mente, cuando todo eso pase, que nadie que no sea yo se atreva a decirme -"Ya te lo dije".

domingo, 18 de mayo de 2014

"Después de un invierno malo..."

Que quiera no significa que pueda.
Como tampoco se borra el pasado por una primavera buena, ni se nos van de las manos la culpa y las cicatrices.
Dicen que para que una herida cicatrice bien hay que dejar de tocarla. Y como me gustaría tomar este consejo al pie de la letra, y dejar las caricias para nunca, y que nunca fuera siempre.
Y que con suerte quizás algún día pueda contar nuestras batallas bélicas y repasar-o presumir- de cada cicatriz que envuelven mis rodillas.