Las mujeres no somos trofeos que se acumulan en la estantería de un desván. Y, por lo tanto, el amor no es un triunfo, ni una competición, ni una clasificación. No, no lo es. Pero cuando te enamoras pasa que quieres ganar, competir por esa persona, y quedar el primero.
Yo quiero que, cuando me ganes, sí, me ganes ese pulso a todo o nada, cabeza/corazón. Quiero que cuando me ganen los sentimientos, admitas que, podrías haber ganado otros trofeos, otro premios, pero que me has elegido ganarme a mi. Que me quieres, no por tenerme, sino porque pudiendo haber elegido miles de ganadores, me has elegido a mi. Que aunque no halla llegado la primera a la carrera, ni este entre la clasificación, me eliges por que me lo llevo mereciendo desde antes de que dijeran: -"Preparados, listos, ¡Ya!". Y por que te encantan los números impares, la gente que juega limpio, y los que aguantan hasta el final.
(¿Sabes que? A veces me gustaría ser ese trofeo, y poder ser el reflejo de tu sonrisa.)
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